La otra tarde, sentada bajo un árbol,
dejé pasar mi vida por delante.
Intento vivir si acercarme
y cuando pretendo no sentirte
y me doy a otras cosas pretestando olvidarte
solicito sin querer tu cuerpo a la memoria
y abandono los labios a tu ausencia.
Sé que no hay retorno,
que la espera es en vano,
que el tiempo es un naufragio
y que Yo voy a la deriva en solitario.
Tu amor no está conmigo
y la mano que me tiendes es tan solo
para detener el miedo que tiembla mis rodillas.
Pero yo abrazo las palabras que te nombran
acudo a los gestos para amarte
y a pesar de que estoy aburrida de esperarte,
la calidez de tus ojos me traiciona.
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Dejános tu cariñito