Cuando te digo que no,
tú te resientes como la flor de la noche.
No es para alejarte cuando te digo que no,
no es que te empuje al vacío,
pero tu me ves como si fuese frío
cuando te digo que no.
No es que rechace tu presencia y tu calor
pero tú lo ves, lo sientes lo entiendes,
como si te obligara al desprecio, al olvido.
Cuando digo que no,
tu sientes que he roto tu corazón.
Y no es así, amor, pues cuando te digo que no,
te lo digo como la tierra a la lluvia ,
es que yo te digo: “ no, no me dejes jamás
amor mío, no me dejes”.
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