DEJÉ DE SER SU PUTA


Estaba muy enojado cuando me llamo
 y me dijo: !!Eres una puta!!

“Sonreí”
_ Si soy puta
_ pero no de tu esquina... contesté 


Hubiera querido que viera mi sonrisa 
y la felicidad que sus palabras me causaban.

No me ofendí por lo que decía, 
pero a él si le dolía y le carcomía el alma... pues decía la verdad, si era una puta.

En ese momento se dio cuenta que me  había salido de sus manos, ya no le tenía miedo, ni lloraba, ni me lastimaban sus palabras y había perdido su control en mí.


Creía que por siempre iba a ser de su propiedad, después de ser su esposa, quería tenerme de amante.

¡No señor! Aquí el infiel fue usted, yo no fui la que falló y tenía derecho a rehacer mi vida.

Usted lentamente cada día con su indiferencia me torturo, con la falta de atención una herida enorme abrió y con su traición me mató.

Poco a poco me fue dando igual el amor que un día me juró; ahora él sufría, porque sabía que me había perdido y ya era la puta de alguien más.

         “DEJE DE SER SU  P U T A”

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