Te amé desde que me dijiste hola por primera vez,
un saludo simple, pero que llevaba consigo
la belleza de un corazón puro e inmaculado... como el de un niño,
desde ese instante simple y sin trascendencia para muchos,
creciendo cada día, hasta que se fue afianzando mi amor,
llegar a niveles de respirar a través de ti, como quisiera ser
a quien amaras, contar con ese honor, poder gozar una vez más
de tu compañía, de esa mirada angelical.
No puedo arrancarte de mis pensamientos,
no hago más que pensar en ti,
buscando miles de respuestas que nunca la tendrán
y es que por eso me resisto a dejarte ir... sin más.
Ya ni en sueños me perteneces...
tu figura se desvanece poco a poco, dime...
qué hago para olvidarte?
Tus besos están impresos en mis labios,
tus frases de amor aún están sonando dentro de mi cerebro,
tus manos son dueñas de mi cuerpo.
Amo cada molécula de tu cuerpo, tu alma entera.
Cada poro mío respira por ti...
La pasión me tortura... te deseo cada noche,
me tortura el hecho de que nunca más te tendré.
Me mortifico en que otra te pueda tocar,
que tu cuerpo se fusione con alguien más que no sea yo,
Malditos pensamientos... me ahogan, me torturan,
debe haber sido alguna culpa que dejé en alguna otra Vida.
Quizás lo merezco... sólo quiero dormir...
Pero dormir por toda una eternidad,
Sin ti... ya nada importa... no existe ya nada más,
y es que acaso tendré que soportar que aprendas en otros brazos,
el sufrimiento que se siente porque no te pueden amar
sólo yo sé que nunca nadie más te hará sentir como yo,
y tendré que esperar que aprendas esta lección, no podré resistirlo...
quizás cuando me busques y lo hayas aprendido, yo ya no esté más...
mi alma se haya quedado dormida, vencida por el tiempo,
porque sé que nunca te dejaré de amar.
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