Luceros tuyos,
que reflejan un mundo
repleto de ternura,
y con mirar al firmamento,
tu corazón surca
todos los cielos,
cual estrella fugaz
libre de cadenas,
y cual gaviota
hija del viento.
Con tu dulce voz
desnudas los versos
de la más bella poesía,
ahogando mi llanto
en los ríos de pasión
que fluyen por tus venas.
Con tus suspiros
desatas huracanes,
y los volcanes
más asustados,
entran en erupción
entre gritos de rebeldía,
clamando al cielo
que por fin mis labios,
sientan la ternura
de tus frescos besos.
Tus palabras rompen
las olas del mar,
haciendo que se cumplan
todas las promesas,
que desde tu corazón
nacen de la sinceridad,
en ese corazón
donde grandes batallas
se libran cada día,
y grandes emociones
surcan tu ser
cual estrella fugaz,
rompiendo con la noche
triste y oscura.
Tus manos expresan
con sus movimientos,
la belleza del cuerpo
en su forma más elevada,
haciendo mecerse al alma
que llevas dentro
con el compás del viento.
Y cuando caes en el sueño
del otro mundo,
con tus últimos suspiros
me arrastras al interior
de tu corazón,
haciendo así que viaje
por un sin fin de paraísos,
sintiendo la alegría,
y la pureza de la luz
que brilla entre luceros,
de la más grande
de todas las virtudes,
la sincera verdad,
uniéndome en la paz
de tu eterno sueño,
el letargo que empuja
al fondo del Más Allá,
por siempre jamás.
Las Cadenas del Amor
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