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DEJÉMONOS DE CUENTOS




"Si un hombre no te llama,
es porque no quiere llamarte,
si no te invita a salir,
es porque no quiere verte,
si te trata como si fueras una mierda,
es porque le importas una mierda,
 si te traiciona,
es porque no le gustas bastante,
si te deja ir es porque no quiere estar contigo.


Es que no estoy listo,
es que tú eres la mujer de mi vida pero,
es que ahora no es el momento,
 es que no sé,
 es que tengo que organizar mi vida,
es que si pero no,
es que, es que, es que.

Es que ¿Qué?,
¡es que no quiere!
Vivimos siguiéndoles su jueguecito de confusión y victimización
 porque “pobrecitos,
el me ama pero yo lo entiendo”.
Dejemos una cosa clara:
Cuando un hombre quiere estar con uno,
 ¡ESTA! Así de fácil.
Sin tantos enredos,
sin tantas mentiras,
sin tantas excusas.


Cuando un hombre se derrite por ti,
 puede que le de miedo,
claro que sí,
pero lo enfrenta porque no va a arriesgarse a perderte.

Deja de ser tan Madre Teresa de Calcuta,
 justificándole cada rechazo,
cada desplante y cada excusa.
Ponte TÚ en un primer lugar.
No necesitas a alguien que no sabe lo que quiere,
 que no ve lo mucho que vales,
que no ve todo lo que puedes aportar a su vida.

Por favor, no quieras intranquilidad,
dudas y desprecio envuelto en explicaciones sin sentido.
Tú mereces, MERECES un hombre que sepa qué tiene enfrente,
que te valore y se esfuerce cada día por ti.


Deja ya de romperte las uñas por algo que probablemente no va a ser tan bueno como tú piensas y date la oportunidad de recibir todo lo que mereces con un hombre que si te quiera.

RECUERDA: No existe hombre asustado o confuso.
Tampoco existe hombre trágicamente afectado por el pasado,
 ni hombre necesitado de ayuda.
Los hombres se dividen solamente en dos categorías: los que te quieren y los que no.

Todo el resto es una excusa"

ME HERISTE


Me heriste. 
Yo te di mi tiempo, mi atención y mi cariño, porque te quería. 
Te quería hablar, te quería conocer y te quería en mi vida, pero eso a ti no te importó. 
Solo respondías cuando te daba la gana y me dolía verte en línea sabiendo que no me contestabas.
Entonces, siempre me preguntaba, ¿qué era yo para ti? No era más que simplemente una distracción (de muchas).
 No era nadie importante para ti, solo otra persona con quien hablas para matar el tiempo.
 ¡Qué tristeza!, y a la vez, ¡Qué dolor! 
Porque cuando para mí tú lo eras todo, para ti yo era nada.
 Eso era yo. 

Solo ese simple y vil pasatiempo para matar tus ratos de aburrimiento.
 O simplemente era aquella con la que jugabas mientras a ti te dejaban en espera.

No era justo. 
Nunca lo fue. 
Porque siempre dejé a muchos de lado por ti, mientras tú me dejabas de lado por las demás.
 Ahora, solo deseo que seas feliz con aquellas a quienes creías que te querían de verdad, y que ahora te das cuenta que para otras, solo eras un pasatiempo más....

ESA SOY YO!



Una vez le pregunté a un amigo, si pensaba que yo era una mujer difícil de amar, o que si tenía algo malo que los alejaba, que yo no me consideraba mala persona.
A lo que él respondió :

"Los hombres estamos acostumbrados a mujeres sumisas, sin decisión propia o tal vez con libre decisión, pero fácil de controlar.
Cuando encuentran mujeres como tú, llenas de luz, les atrae eso y creen que pueden moldearte a su modo...
Pero cuando se dan cuenta que no podrán, que no eres gobernable, sumisa o que simplemente no te adaptas tú, a su forma de ser, sino que tendría que ser al revés, prefieren irse...

Así que no eres tú la que está mal, te has topado con hombres que simplemente no tienen la capacidad de amarte como tú mereces, que no tienen la valentía de quedarse y tratarte de forma que no sea querer imponerte algo, no te conocen realmente, no saben que al estar enamorada, tu amor se sabe entregar como ningún otro y de la mano irías con él de la par ante cualquier adversidad, porque así son las mujeres como tú, son leales y entregadas como ninguna, cuando llega alguien que sabe descubrir esa magia y no sale huyendo cuando siente que no puede controlarla.
Pues mujeres como tú, saben que es mejor sola que mal acompañada"

Sobrevivir a la ruptura

Terminar una relación puede ser devastador, por eso hay que saber cómo sobrellevar la pérdida o al menos saber cómo actuar en esta nueva situación.
La relación se acabó. Estás sola otra vez, no tienes con quién salir y sientes que no tienes ganas de hacer nada. Una sensación de fracaso o de culpa te abruma y tienes miedo de enfrentarte al mundo. Todo, tus amigos, tus lugares favoritos, la música que te gusta, te lo recuerda a él. Estos sentimientos son muy comunes después de terminar una relación de pareja independientemente de que creas que fue lo mejor o que tú misma hayas provocado la ruptura.
Por eso vamos a darte una guía para que sobrevivas y al final seas más feliz, aún cuando hay personas que saben cómo manejar este tipo de situaciones y sacar lo mejor de la situación, pues es bastante frecuente que cualquiera de nosotros esté desorientado ante la ruptura.

No te entiendo


La verdad es que no te entiendo
tienes una persona que te quiere
que se preocupa por lo que sientes
y ahora de repente te vas en silencio.

Te he dado todo lo mejor de mi vida
te he dado mi juventud, mi amistad
mi cariño, mi amor, mi proteccion sin igual
pero nunca me avisaste de tu partida.

Trato de no llorar, de no sufrir,
de no empalidecer de dolor
al saber que ya no voy a sentir tu calor
y te vas sin saber lo que es sin amor vivir.

Te deseo suerte mi amor, sé felíz,
trata de vivir la vida como más te guste
no te preocupes por mí, no te asustes,
voy a estar bien, porque pensaré en tí.

A todos quiero decirles, escuchen por favor
amar sin ser amado, es terrible, ya lo sé
pero no oculten lo que sienten, muestrensé
porque no hay sentimiento más puro que el amor


La hermosa noche


Abandonar debo el chozo
donde vive mi adorada,
y con paso sigiloso
vago por la selva árida;
brilla la luna en la fronda,
alienta una brisa blanda,
y el abedul, columpiándose,
a ella eleva su fragancia.
¡Cómo me place el frescor
de la bella noche estiva!
¡Qué bien se siente aquí
lo que nos llena de dicha!
¡Trabajo cuesta decirlo!...
Y sin embargo, daría
yo mil noches como esta
por una junto a mi amiga.

La despedida


¡Deja que adiós te diga con los ojos,
ya que a decirlo niéganse mis labios
¡La despedida es una cosa seria
aun para un hombre, como yo, templado!
Triste en el trance se nos hace, incluso
del amor la más dulce y tierna prueba;
frío se me antoja el beso de tu boca
floja tu mano, que la mía estrecha.
¡La caricia más leve, en otro tiempo
furtiva y volandera, me encantaba!
Era algo así cual la precoz violeta,
que en marzo en los jardines arrancaba.
Ya no más cortaré fragantes rosas
para con ellas coronar tu frente.
Paquita es primavera, pero otoño
para mí, por desgracia, será siempre.